domingo, 6 de abril de 2008

EL CADÁVER DEL ATENEO DE VALENCIA


Hace algunos años propuse al Ateneo de Valencia dar un taller de poesía y por varias razones no se pudo dar en aquel momento. Ahora ,al fin hemos podido dar cuerpo a un espacio para la poesía en esta institución.

El Ateneo de Valencia se encuentra actualemente bajo la cordinación de la Fundación Proateneo, en constante acitividad cultural con exposiciones, talleres de pintura y dibujo, el salón Arturo Michelena, el Coloquio de Literatura, presentaciones musicales, de danza y teatro, entre otras.

Este taller y otras actividades literarias, las estamos realizando en apoyo a la Fundación Proateneo a través de la Secretaría de Educación y Deportes del Gobierno Bolivariano de Carabobo y de la Red Nacional de Escritores del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
Nos reunimos en los espacios alternos los miércoles a las 4 de la tarde, con el fin de conformar un clan, un gueto, una orden poética, un club de aspirantes a nudistas (porque aún no hemos entrado en la fase de la confontación de textos). Hemos leído a Sophia de Mello y los aforismos de Wallace Stevens. Para terminar al reuníon de ayer armamos un Cadaver exisiquito (poema colectivo), he aqui el resultado:

La pericia de la luz sabe

la alegria es amar

franjas del tiempo perdido de nuestros antepasados

dentro de las sábanas, las aguas

entran,beben y se van

el dolor muere

la luz resalta la nobleza de no saber

ciego los lagartos.


En este cadáver participamos: Dayanara, Nestor, Raquel y mi persona. Como sabemos este es un ejercicio sencillo, que busca simplemente la fluidez escritural, donde cada participante escribe lo primero que pasa por su mente y como vamos doblando el papel ninguno puede ver lo que colocaron los demás. Algunas veces el resultado tiene una hilación parece haber sido escrito por una misma persona, otras veces no y quedan extraños o simplemente nos reímos con el resultado. En este caso la luz se cuela a través de todo el texto al que las imagenes dan cierto moviemiento del tiempo perdido, aguas que entran y se van mientras una luz resalta la nobleza de lagartos ciegos. Algo extraño, pero ese es nuestro cadaver del ateneo.

Salud y poesía.

Niddy

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